Irán se atribuyó a través de la Organización Hezbolá la autoría de los ataques, lo que provocó la inmediata reacción del gobierno de Netanyahu que declaró el estado de guerra, al tiempo que se activaba el escudo denominado "domo de hierro" para interceptar los drones.
Un estado de máxima alerta se activó en todo Israel, mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, suspendió el viaje que tenía previsto ayer.
Además, Portugal fue afectado en forma indirecta cuando fuerzas pertenecientes a Irán secuestraron un carguero con bandera lusitana.
Alemania aconsejó a sus ciudadanos no viajar ni a Irán ni a Israel, mientras el presidente de Francia Emmanuel Macron ordenó que uno de sus portaaviones partiera hacia Oriente Próximo por el Mar Mideterráneo.
El presidente argentino Javier Milei canceló su viaje a Dinamarca y la Unión Europea condenó los ataques, al tiempo que Israel advertía que Irán sufrirá las consecuencias de la escalada del conflicto, indicando que "estamos listos para reaccionar".
Varias compañías aéreas suspendieron sus vuelos, mientras Jordania, Irak y el Líbano anunciaron el cierre de sus espacios aéreos ante la peligrosa situación regional.
El gobierno de Israel ordenó el cierre de escuelas y puso límites a toda reunión por motivo de seguridad ante la amenaza de más ataques.